Por María Tenorio Labra:
Lo que partió como un proyecto poético de una pareja de publicistas es hoy una comunidad en Instagram con más de 16 mil seguidores. “El arte puede ser una manifestación política”, cuenta la autora de Cartas al Director, que ahora sueña con exportar sus textos a otros formatos.
Tamara Bastías recuerda que fue en un taller de escritura donde aprendió a armar poemas tachando palabras de algunos textos. Esta técnica, llamada “black out poetry”, le gustó tanto que llegó a su casa a contarle la novedad a su pareja Ricardo. Ahí él le comentó que durante un tiempo había estado trabajando en Tumblr con ese método. “Conectamos en ese sentido. A él le gustó la idea de rescatar ese proyecto y a mí, el de poder crear. Y así empezamos a darle vida a la cuenta”, relata.
Para comenzar, decidieron que utilizarían las Cartas al Director que se publicaban en el diario El Mercurio. La elección del medio no fue al azar, sino que lo seleccionaron porque tiene una línea editorial conservadora y apoyó a la dictadura de Pinochet. Es por esto que Tamara y Ricardo apostaron por cambiar la tendencia conservadora de las cartas y convertirlas en poemas.
“El arte puede ser una manifestación política y quizás por eso nació el proyecto, porque es lo único que tenemos a esta altura. Yo creo que las redes sociales y el movimiento digital nos ha hecho poder tener cada uno en la tarima. Es como cuando salió la imprenta pero una versión mucho más masificada, y creo que lo bonito es buscar la manera en la que cada uno puede manifestarse”, dice Tamara.
La comunidad de las cartas
“Pedir disculpas. No garantiza que serán aceptadas”
“No hay edad. Para jugar”
“Moraleja. La democracia es frágil”.
"El proceso creativo de crear estas frases implica buscar lo que esconde cada una de las Cartas al Director que llegan al diario. Ambos miran que los títulos sean adecuados y evoquen una respuesta escondida entre las palabras del cuerpo de texto.
La autora recuerda que un día salió de su casa para realizar el proceso creativo en una cafetería. Mientrás tachaba palabras en el diario, la mesera reconoció su trabajo y la sorprendió. “Tú eres de Cartas al Director me dijo. Ella me contó que le gustaba mucho la cuenta y nos quedamos hablando de eso. Fue un pequeño momento de fama en el radio de 10 cuadras”, dice ahora entre risas.
¿Cuándo fue la primera vez que sintieron que despegó el proyecto?
Creo que fue cuando nos escribieron de un colectivo de arte impreso llamado “Imprenta Rescate”. Ellos nos comentaron que querían hacer una exposición para poder mostrar los poemas e intervenirlos con música. Además de eso, había un conversatorio durante la presentación. Ahí vimos que llegaron personas que no conocíamos y nos pidieron firmar cosas. Creo que en ese momento fue cuando nos dimos cuenta de que había mucha gente que se identificaba con el proyecto.
¿Qué buscan generar en su comunidad de seguidores?
Buscamos que a nuestros seguidores les resuenen los temas que tocamos y que los interpreten. Recuerdo que hay un poema muy particular que se titulaba “prioridad” y el texto decía “tú”. Fue muy bonito ver cómo todos lo interpretaron de forma distinta viendo el tú como un otro o como uno mismo.
¿Cómo ven con Ricardo el proyecto a futuro?
Tenemos ganas de que siga creciendo y teniendo distintos formatos. Nos gustaría que haya un libro, exposiciones con banderas.. etc. Es que hay muchos formatos en donde se puede poner este tipo de arte. Y aunque nos falta tiempo, creo que lo estamos logrando. Así que ahí es donde esperamos ir apuntando.
El proyecto "Cartas al Director" ha demostrado ser mucho más que una expresión poética.
La transformación de las cartas conservadoras en poesía es un acto de creatividad que desafía las voces del pasado. A medida que su comunidad de seguidores crece, Tamara y Ricardo están mirando hacia el horizonte con la intención de llevar su arte a nuevos formatos y au2diencias.
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