Autora: Giannella Imbrunnone
La sociedad de masas está caracterizada por un proceso de democratización política, social y cultural, donde los medios de comunicación reducen las barreras sociales, contribuyendo a la creación de una opinión pública más informada, permitiendo la difusión de los conocimientos y de las competencias personales. Incluso, podemos decir que somos parte de lo que Marshall McLuhan definía como “aldea global”, es decir, un mundo donde gracias a los medios de comunicación, podemos estar informados de todo, en cualquier momento.
Es evidente que los medios realizan una función de socialización y de transmisor de conocimientos, comportamientos y valores que determinan el modo en que las personas se relacionan con los contenidos que ofrecen. Esta influencia de los medios será relevante si la relación con otros agentes de socialización se reduce y si los medios representan el único contacto con el mundo externo, es decir, sobre la construcción de la realidad y sobre aquello que las personas consideran parte de la vida cotidiana.
Esta y otras tendencias ya eran objeto de investigación en los años 60 por parte de los estudiosos de la comunicación, cuya preocupación principal era el efecto y la influencia de las nuevas tecnologías en las personas. Una de las teorías más importantes fue desarrollada por la periodista y socióloga Elizabeth Noelle-Neumann en 1973 con la definición de “powerful mass media” en base a tres eventos que la autora consideraba típicos del sistema de comunicación: en primer lugar, la omnipresencia de los medios en la vida cotidiana; en segundo lugar, la función de difusor de conocimientos; y, en tercer lugar, la repetición de ciertos eventos y personajes. Con esta hipótesis, la autora reflexiona sobre el poder que ejercen algunos grupos, a través de los medios, para expresar repetidamente y con más fuerza sus opiniones, lo que lleva que algunos individuos se sientan obligados a aceptarlos mientras que otros, sintiéndose diferentes, sean llevados a un proceso de anulación de las opiniones minoritarias, denominado como “espiral del silencio”.
Este proceso se ve mucho más acentuado con la llegada de las redes sociales, ya que estamos expuestos a una gran cantidad de información, que es de nuestro interés, y que viaja rápidamente, donde al interno encontramos la formación de comunidades online que pueden tener el objetivo de compartir ideas sobre un determinado tema o unirse para enviar mensajes de odio contra una especifica persona o acontecimiento, por lo que es fácil encontrar la proliferación de estas dinámicas y la anulación de opiniones minoritarias .
Fuente: Shinghi Rice vía Unsplash
Ahora bien, ¿qué tienen que ver los grupos sociales en toda esta introducción?:
La sociedad moderna está atravesando un proceso donde los medios de comunicación serán mucho más omnipresentes, consiguiendo estar en todas las dimensiones y esferas individuales. El problema de este mecanismo es que cuando los medios son el único agente de socialización del individuo, los efectos de los medios se hacen sentir y es mucho más fácil que procesos de persuasión se verifiquen.
La fragmentación de la colectividad y la introducción de nuevos tipos de individualismo determinan en forma negativa el desarrollo de las relaciones interpersonales. A veces estamos tan concentrados en el mundo online, interactuando con diferentes personas y creyendo en posibles fake news, que nos olvidamos de lo que en realidad es importante, es decir, el mundo externo. Las relaciones humanas están en la base de los procesos comunicativos, y son importantes para el desarrollo sociocultural de las personas.
La network society crea un nuevo modo de socialización, donde las personas tienden a aislarse al interno del mundo online, desarrollando relaciones más selectivas y facilitando procesos de influencia de grupo, lo que conlleva a una reducción de las distancias entre sujetos y la modificación de los vínculos fuertes y débiles, que los social media hacen parecer como iguales. El objetivo de los nuevos procesos comunicativos está en devolverle al individuo la independencia que antes tenía de los medios de comunicación para poder tener esos vínculos fuertes con los grupos sociales.
Fuente: Helena López vía Unsplash
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