Durante el 2008, la campaña de Barack Obama decide utilziar una nueva estrategia para llegar a nuevos públicos. Si bien, no fue el pionero en usar las tecnologías de redes sociales para disputar elecciones, sí es efectivo afirmar que fue uno de los primeros en triunfar con ellas. La política está conviviendo en un nuevo escenario. En el presente, es casi innegable la crucial importancia del asesor comunicacional dentro de los comandos políticos.
Este nuevo terreno se caracteriza por el uso de Tecnologías de la Información mediadas por el algoritmo. Meta, Tik Tok y Google son el flanco principal para las estrategias comunicacionales. ¿Un contenido viral tiene mayor impacto que una portada de un telediario? Surge la pregunta, ante un esfuerzo electoral de la política de depender cada vez más de estas nuevas estrategias. Es así, como las lógicas que ya habitaban internet, como el sensacionalismo, la desinformación y el troleo, se toman el escenario público con fuerza.
Ante este presente, este artículo presenta un acercamiento ante la siguiente pregunta ¿Cómo podemos caracterizar a esta Nueva Comunicación Política Digital?
Lo primeramente necesario es indicar que la Nueva Comunicación Política Digital no sería tan efectiva como lo es hoy sin el análisis masivo de datos. El Marketing ha desarrollado profundamente el uso de datos proporcionados por los usuarios en nuevas estrategias para captar clientes. El problema surge cuando esta información que los usuarios proporcionan no se logra distinguir entre lo privado y lo público. Gustos, disgustos y miedos son información privada puesta a disposición de grandes transnacionales.
Una investigación primordial fue la que realizó Pariser en “El Filtro Burbuja”. Un trabajo que puso la alerta sobre como cada vez más las transnacionales dedicadas al internet segmentan los públicos. La denominada “huella digital” surge como una forma de mejorar la experiencia de usuarios, donde los dispositivos recopilan información para luego incentivar la toma de decisiones de personas. La iniciativa de Google se enfocó en recomendar resultados de búsqueda, pero hoy se ha desarrollado a tal punto de “orientar” decisiones vitales, como qué lugar es el mejor para comer, cuál camino es el mejor para llegar al trabajo, quién puede ser mi próximo interés romántico, etc. Ya nada es privado, los algoritmos, desde hace un tiempo, orientan las decisiones personales.
Lo segundo que es necesario indicar es que la Nueva Comunicación Política Digital está sumergida en lógicas de sensacionalismo. El objetivo primordial de este tipo de información no es la calidad de esta, sino el efecto que tiene. Se busca aumenta el tráfico y la interacción. Esto prima más que la verificación, donde el uso de lenguaje impactante era usual.
Hoy, los nuevos lenguajes digitales fusionan imagen, sonido y texto, en una lógica de intertextualidad, donde los formatos de los contenidos se entienden siempre como una relación unificada entre ellas. Esto tiene un impacto en la forma de comprender los mensajes por los usuarios. Simplifica mucho el asunto y genera un cibernauta activo, que no solo consume información, sino que también genera nuevo contenido. Esto es lo que Carlos Scolari ha definido en su libro Hipermediaciones como un “prosumidor”, un acrónimo que fusiona los conceptos productor y consumidor. El presente se caracteriza por tener una tarima democrática en la cuál cada uno y una tiene la potestad de divulgar su mensaje, lo que explica un presente de desorden informativo. La habilidad que resuelve esta problemática es la verificación, aunque esta competencia no es popular entre prosumidores.
Por último, es necesario abordar la desinformación. Esta es definida por la Comisión Europea como una información que tras verificarse es falsa, engañosa o parcialmente cierta, que se crea, presenta y esparce para diversos fines o para engañar deliberadamente a la ciudadanía, y que puede causar daño público. Se debe realizar un matiz, ya que toda la información que es falsa, inexacta o errónea no siempre tiene una finalidad de confundir.
En el informe “Information Disorder” de la Comisión Europea se establecen tres diferencias semánticas para este problema. Primero, se explica que la “dis-information” es una información que es falsa y que es deliberadamente compartida para dañar a una persona, un grupo social, una organización o un país. Luego está la “mis-information”, que es información falsa, pero que no es creada con la intención de causar daño, sino que por error y/o confusión. Por último, se define la “mal-information”, definida como información que está basada en la realidad, pero usada para dañar a personas, organizaciones y países.
La desinformación emanada de fuentes desconocidas, que es motivada por intereses económicos y políticos, adiciona internacionalidad en el desorden informativo, que busca confundir omitiendo información o alterando la evidencia de sucesos que trae aparejado una distorsión de la comunicación, movilizando sesgos cognitivos y así modulando nuestro razonamiento. Esta premisa es necesaria para entender cómo el desorden informativo se relaciona con la fake news, porque la mentira es utilizada políticamente para encauzar políticas.
Por todo lo anterior, aparecen iniciativas de gobiernos para atender a este nuevo escenario informativo. Lo que Eric Sadin define como un “anarco liberalismo digital”, es decir, de la desidia de los sistemas legislativos en “hacer la vista gorda” y permitir que millones de datos sean recopilados para transnacionales. En tal sentido, España tiene un avance con la Ley de Datos Personales, pero esta realidad no se comparte en otros países.
Hace más de una década, Obama llegó al poder con tecnologías digitales y con fines democratizadores en su gobierno. Hace unos años, Donald Trump llega al poder con el surgimiento del alt right y sus teorías conspirativas, con fuerte impacto en el debate. Hoy es Nayib Bukele, quien, con un gobierno autoritario, está promocionando esta nueva dictadura milenial a través de Tik Tok en El Salvado. Rusia es sindicado como un actor importante en la batalla informática, que, en paralelo con la invasión que está llevando en Ucrania, interviene con bots en elecciones de países libres.
La Nueva Comunicación Política Digital aparece como un desafío para nuestras democracias, y debemos estar a la altura de la circunstancia.
Kommentare