¿SABÍAS QUE… anualmente más de 40 millones de personas son víctimas del delito conocido como trata de personas? Además de esta cifra, obtenida por la Organización Internacional del Trabajo (OIT) en un informe del 2017, se estima que la mayoría son mujeres y niñas, sumando casi 29 millones de personas. Es decir, 71% del total. Estos números son un mero apéndice de la angustiosa realidad sufrida por las personas que caen presas de numerosas redes criminales. Éstas fuerzan el traslado de las víctimas entre países para ser explotadas con fines sexuales en la mayoría de ocasiones, pero también con motivos de explotación laboral, servidumbre o tráfico de órganos.
¿QUÉ ES LA TRATA DE PERSONAS? De acuerdo al Protocolo de las Naciones Unidas Para Prevenir, Reprimir y Sancionar la Trata de Personas, este crimen consiste en el uso de fuerza, coacción, amenaza -entre otras formas de abuso- sobre una persona para someterla a la captación y el traslado forzado, con el objetivo de ser vendida y explotada por un tercero. Una penosa realidad sufrida por las víctimas, con origen en conductas criminales que se remontan a siglos atrás, pero que han logrado formas sofisticadas de adaptarse a nuestras épocas de globalización, pues el manejo de información sistematizada con inmediatez permite a dichas redes de tráfico de seres humanos cooperar entre sí para cometer este delito de lesa humanidad.
¿CÓMO VISILIZAMOS LO INVISIBLE? Es necesario conocer los principales aspectos que definen tanto a la categorización del crimen, como al impacto que tiene sobre las poblaciones más vulnerables y propensas a sufrir este flagelo. Una de las principales preocupaciones alrededor de esta situación debe ser la de plantear de qué manera otros problemas urgentes como la prostitución infantil y los abusos producto de la concepción tradicional de género están relacionados con ella, sino que son parte de su núcleo fundamental. Las víctimas de este crimen tienen un rostro y merecen ser reconocidas.
Comments